Los discos son elementos del sistema de frenado. Se encargan de la reducción de la velocidad o la detención el vehículo a través de la fricción producida por las pastillas al entrar en contacto con su superficie. Pueden ser de diferentes compuestos, sobre todo metal, carbono o cerámica, y su mantenimiento es muy importante porque están sometidos a altas temperaturas.

Los discos están expuestos a numerosos factores que pueden causar estrías, abolladuras o fisuras y, si se da el caso, es muy importante su sustitución. Unos discos en mal estado causan un aumento proporcional de la distancia de frenado y gastan con más facilidad las pastillas de freno a causa de una fricción anormal. Además aproximadamente el 20% de los errores graves detectados en vehículos al pasar la ITV están relacionados con deficiencias asociadas al sistema de frenado. Es decir, el mal estado de los discos es motivo para no superar la inspección.

No existe una media de tiempo predeterminada porque depende del fabricante, el tipo y la calidad del material, el uso y las condiciones de exposición. Por eso recomendamos hacer revisiones periódicas para comprobar su estado y sustituirlos cuando sufran desgastes superiores a los límites establecidos por los fabricantes.