El clima propio del invierno puede poner en peligro el adecuado funcionamiento de nuestro vehículo, por eso, en este post queremos daros algunas pautas para proteger nuestro coche del frío y de las heladas, así como mejorar nuestra experiencia de conducción, especialmente en el arranque.
Aunque España no es un país donde se den bajas temperaturas extremas, deberemos tener en cuenta que el diésel y el líquido de refrigeración pueden congelarse a partir de -20C.
En el caso de congelarse el líquido de refrigeración, la avería es muy difícil de reparar, por lo que es conveniente revisar el estado de refrigeración a menudo, ya que las impurezas que se van acumulando hacen subir el punto de congelación de líquido de refrigeración. Tras acumularse gran cantidad de estas impurezas, se hará necesario el purgado de este circuito y la sustitución completa como mucho cada cinco años.
No obstante, algunas gasolineras de zonas de montaña incorporan aditivos especiales en invierno para evitar que el combustible llegue a congelarse.
- Limpiaparabrisas protegidos. Uno de los problemas más comunes a los que se enfrentan los conductores que dejan el coche a la intemperie es encontrarse por la mañana los cristales totalmente opacos por culpa del hielo que los cumbre. Para proteger los limpiaparabrisas de este hielo y evitar que la goma se endurezca y se cuartee antes de la cuenta, bastará con poner un tapón de corcho entre el limpiaparabrisas y el cristal.
- Evita el huelo en los cristales. Si aparcamos el coche en la calle y nos fastidia mucho tener que quitar todas las mañanas el hielo del parabrisas, podemos evitar que se congele con un parasol de aluminio o de cartón, que podremos colocar entre la luna y los limpiaparabrisas tanto en la parte delantera como trasera. También puede colocarse una lona en el coche.
Por el contrario, evitaremos echar agua, ya que de esta manera sólo haremos que la capa de hielo se haga más gruesa. En su defecto mejor utilizar un poco de líquido refrigerante o de alcohol para que el hielo pueda retirarse con más facilidad con la ayuda de un rascador o una tarjeta de plástico.
- Cerraduras heladas. El hielo puede incluso llegar a tapar la ranura por la que se insertan las llaves, o en cualquier caso, congelar el mecanismo interno. En este caso pueden ocurrir dos cosas, o que no se puedan introducir las llaves o que ésta no gire al introducirla. Si te encuentras en esta situación nunca fuerces el movimiento, mejor utiliza un secador, agua caliente o alcohol para derretir el hielo.
- El agua, nuestro peor enemigo. Aunque en verano podamos utilizar el agua en caso de emergencia para rellenar el circuito de refrigeración, en invierno si lo hacemos el coche no pasará de la primera helada. Tenemos que pensar que el agua incrementa su volumen al congelarse.
En el caso del vaso del sistema lavaparabrisas ocurrirá igual. Aunque este no es tan susceptible a romperse por el agua congelada, puede pasar, pero especialmente que no podamos usar los limpias por la mañana porque el líquido estará congelado en los conductos. Para evitarlo podemos echar un líquido específico o vertir un poco de alcohol en el depósito.
- Rascar, nunca picar. Para eliminar el hielo podemos hacer uso de una rasqueta, y para facilitar el trabajo lo mejor es hacerlo después de arrancar el coche y de poner la calefacción para que las lunas se vayan calentando por la parte interior. Para desempañar el cristal lo mejor es poner el aire acondicionado al principio y abrir un poco la ventanilla.
- Arrancar en frío. Si a tu coche le cuesta arrancar con el motor en frío, puede deberse a que la batería está perdiendo fuerza por las bajas temperaturas. Es recomendable que se cargue antes de empezar el invierno, también existen algunos productos para que no se acumulen depósitos salinos en los bornes.