Aunque las bajas temperaturas nos tienten a poner al máximo la calefacción de nuestro coche cuando llevamos un rato andando por la calle y soportando el frío polar o salimos de nuestra casa u oficina y nos cruzamos con el frío del exterior, en este artículo os contamos las razones por las que deberemos no hacerle caso a esta tentación y usar la calefacción con moderación y buen criterio.
Según los expertos, la temperatura ideal que deberemos mantener dentro del vehículo son los 22 grados, pudiendo mantener un margen entre los 18 y los 25 grados.
No poner al máximo la calefacción tiene muchos beneficios:
-Cuando la temperatura ronda los 22 grados, especialmente en trayectos más largos, nuestra capacidad de concentración al volante es más óptima. En cambio, las temperaturas que superan los 25 grados pueden causarnos somnolencia, darnos mayor sensación de cansancio y disminuir la concentración.
–La piel y los ojos también sufren, resecándose, descamándose e incluso haciendo necesario un tratamiento. Cuando la temperatura supera los 25 grados se reseca el ambiente, pero además, si las salidas de aire están en dirección hacia el pecho o rostro, los problemas de salud podrían ser inevitables. Esto puede provocar sequedad de la mucosa respiratoria en nariz, laringe y tráquea, hacer que las células defensivas no produzcan el moco que elimina las bacterias que intentan colonizarlas, lo que potencia la aparición de catarros, la sequedad en ojos por su parte podría derivar en conjuntivitis.
-Pero no caer en poner al máximo la calefacción no sólo es bueno para nosotros. No llevar el climatizador a sus temperaturas máximas ayudará a aumentar la vida útil del filtro del habitáculo. El filtro del aire se encarga de no dejar pasar las partículas de polvo, hongos y malos olores. No obstante, es recomendable revisar al menos una vez al año tanto los filtros como la carga del aire acondicionado.
-Evitamos que los cristales se empañen. Cuando la temperatura es moderada y no existe mucha diferencia entre la temperatura de los cristales y el habitáculo, el aire no llega a condensarse y no se empañan. Así evitamos que la visión se vea entorpecida. Dirigiendo la salida de aire hacia las ventanas, activando la función para desempañar el parabrisas y una temperatura moderada, se evitará el empañamiento.
–Ahorrar combustible. Si conectamos el aire acondicionado y el sistema de calefacción, además de ser ineficiente estaremos incrementando notablemente el consumo de combustible y la posibilidad de sufrir una avería.