«El diésel tiene los días contados», estas han sido las declaraciones de la Ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, en el Congreso de los Diputados cuando presentaba su hoja de ruta para combatir el cambio climático y la contaminación de las grandes ciudades. Una declaración duramente contestada por la industria española del automóvil, asociaciones de consumidores y medios de comunicación.
El litro de gasóleo puede incrementarse hasta 0,15 euros
Aunque la ministra habla de una retirada progresiva del protagonismo diésel en España, estas declaraciones no están acompañadas ni de medidas ni de políticas más definidas.
No obstante, lo que si nos consta es la subida de impuestos que el gobierno de Pedro Sánchez planea de forma escalonada y que plantea equiparar la carga fiscal con la de la gasolina. Con esto, el litro de gasóleo podría subir hasta 15 céntimos. Estas medidas irán previsiblemente acompañadas de reformas a los impuestos de circulación y controles más severos a los sistemas anticontaminación y emisiones diésel, especialmente en la ITV.
Según declaraba la ministra, estas medidas están motivadas por «el gran impacto en partículas y en lo que respiramos», motivo suficiente, decía, para ir pensando en un proceso de salida.
No obstante, tal y como comentamos, aún no existe una hoja de ruta para este proceso de salida con el que tantas desventajas se encontrarán los propietarios de los coches diésel. Por ello, vendedores y fabricantes demandan al gobierno alternativas y advierten de que 40000 empleos y 17 fábricas depende de este combustible.
Malestar en el sector
El presidente de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones, José Vicente de los Mozos recordaba que más de 40.000 empleos y 17 fábricas de automóviles en España están directamente vinculadas a la producción y venta de vehículos diésel. Y afirma que «la incertidumbre solo puede provocar que perdamos oportunidades de nuevas adjudicaciones de modelos y, con ello, que nuestra industria se debilite gravemente».
Por su parte, Jesús Jardón, el vicepresidente de la Asociación del Automóvil del Principado de Asturias advertía que «la descarbonización del automóvil tampoco será tan rápida pues también en gasolina se están produciendo avances muy importantes en la reducción de emisiones. Si se quiere luchar contra la contaminación del automóvil se debería apostar de forma mucho más decidida por la reducción del parque antiguo con ayudas al achatarramiento y el apoyo a nuevas tecnologías -coches eléctricos, híbridos, de gas-, facilitando el desarrollo de infraestructuras para estos vehículos, como gasineras, puntos de recarga eléctrica, etcétera».
Desde concesionarios como Faconauto consideran precipitado que el Gobierno sentencie públicamente una tecnología como el diésel, que está siendo usada por millones de españoles en la actualidad, que forma parte importante de los vehículos que se producen en las fábricas del país y que se venden en los concesionarios. Por ello, cree imprescindible que, antes de dar por muerto al diésel, el Gobierno lidere ese proceso hacia la descarbonización de la movilidad, que debería ser progresivo, ordenado y que pasa por poner en marcha medidas concretas y soluciones democratizadas de movilidad.
Por otra parte, la Federación de Industria, Construcción y Agro de la Unión de Trabajadores (UGT Fica) tampoco comparte las declaraciones de la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, respecto al diésel y le parecen, cuando menos, «inaceptables» y «arriesgadas», pues lo único que consiguen es crear «incertidumbre» y «alarmismo» en el sector automovilístico.
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