El motor de los coches resulta fascinante para muchos por su complejidad y perfección. En esta ocasión nos centramos en explicar en qué consiste la junta homocinética, una pieza del motor indispensable para que el movimiento del motor pueda transmitirse a las ruedas por medio de sus transmisiones y palieres.
Dado que las ruedas están en constante movimiento, las transmisiones que conducen el movimiento del motor a las ruedas no pueden ser rígidas. Además, las transmisiones también tienen que aguantar el giro de las ruedas delanteras, por lo que su capacidad de aguantar movimiento debe ser aún mayor. Con objeto de que estas transmisiones no se dañen y transmitan a la perfección el movimiento de las ruedas, existen las juntas homocinéticas.
Las juntas homocinéticas se unen al palier de transmisión con la finalidad de conectar dos ejes dispuestos logitunidalmente, para que la velocidad entre ellos sea la misma en todo momento. Esta pieza está formada por dos juntas cardán unidas a su vez por una pieza de doble horquilla que hace que el giro alterado por una de ellas sea rectificado por la otra, transmitiéndose así un movimiento uniforme a las ruedas.
Como todas las articulaciones del coche, las juntas homocinéticas deben permanecer lubricadas y limpias, por lo que es esencial que tengan un guardapolvos. En el caso de que el guardapolvo se rompa, la grasa del lubricante saldrá y la suciedad y la humedad podrán dañar el sistema al entrar en contacto con él.
Cómo cuidar correctamente la junta homocinética
Las juntas homocinéticas no son las mismas para cada vehículo, por ello se debe tener cuidado al cambiarla por otra en caso de rotura. Toda diferencia en el largo es suficiente para que ésta se salga de su posición o resulte complicado instalarla.
Si se remueven las juntas homocinéticas, es importante asegurarse de reponer el aceite que ha podido caer.
Las juntas homocinéticas están resguardadas bajo un guardapolvo de caucho. No obstante, la zona en la que se encuentran las puntas de eje están en contacto directo con agua, polvo o barro, así que se debe controlar el estado de estos elementos en las revisiones del vehículo en el taller.
Recomendamos cambiar los guardapolvos cada 2 años, aunque a simple vista estén bien, cada año debemos engrasar correctamente todas las piezas para asegurarnos de que la vida del motor sea mucho más duradera.
Cómo saber cuando la junta homocinética está dañada
- 1.Si al girar el volante de nuestro vehículo escuchamos un ruido o vibración extraña, puede deberse a que los guardapolvos se han roto. Si esto es así, puede haberse producido una pérdida de grasa que a su vez se haya contaminado con polvo o agua y esté provocando una lubricación deficiente.
- Si al acelerar escuchamos una especie de chasquido, puede que en este caso sea la punta del eje la que esté dañada o desgastada.
- Si al acelerar, lo que escuchamos es un temblor o vibración, puede ser que la condición del eje esté fuera de balance. Al revisar los ejes de posibles daños y desgastes deberemos identificar qué zona del coche presenta más ruido o de donde proceden los chisquidos o las vibraciones, ya que con que se repare o reemplace la junta del lado afectado será suficiente.
- Si se rompe el guardapolvo de la transmisión será necesario sustituirlo cuanto antes y poner uno nuevo con su grasa correspondiente. Es importante mantener el guardapolvo en buen estado ya que, de lo contrario, dañaremos la junta homocinética y la tendremos que sustituir por una nueva.